sábado, 26 de octubre de 2013

La ignorancia de las mariposas - Cap.4

     Esa noche hice un movimiento atrás. Intenté reproducir cada paso a la inversa. Fui al cine de nuevo, que ahora era un triste solar. Entré de espaldas al solar, hice como si arrancase la cerradura de nuevo y seguí dando pasos de espaldas. Di un par de saltos y me moví en zigzag imaginándome el olor a chicles. Entonces, justo en el mismo sitio donde estaba el escenario, me tumbé. Me tumbé  encima de un montón de arena y piedrecitas y miré el cielo. Estaba lleno de estrellas. Entonces cogí la película que me había llevado conmigo y me la puse encima de mi tapándome el cielo. Eso no lo hice aquel día. Había hecho un paso en falso. Parecía una actriz sobre un escenario, pero ni había escenario ni era actriz. Me puse a pensar, a dejar que la mente me llevase donde ella quisiese y cuando mis brazos se cansaron de sujetar la película en el aire, me levanté y la coloqué en el suelo, apreté con fuerza mientras la hacía girar un poco hasta que dejé un círculo marcado en la arena. Se me abrió la mente. Me marché de allí en línea recta, ignorando las butacas y sin cerrar las puertas. Aquel no era el final.

     Estuve días meditando hasta que la rabia se apoderó de mi cuerpo. Y la rabia se levantó de la cama una mañana y cogió aquella maceta envenenada que quedaba tan bien en aquel lugar y con toda su fuerza la lanzó contra el televisor. La pantalla se disolvió en mil trozos al igual que la maceta. Sus trocitos cortaron mi piel como un gato que me odiase. Me quedé en silenció y miré aquella destroza en silencio. Los cristales, la cerámica, la tierra y el cadáver de una flor al medio. No me calmé, seguía furiosa. Cogí un trozo de cristal y fui al baño. Mientras me miraba en el espejo empecé a cortarme el pelo con aquel cristal. Hacía fuerza con los mechones de mi pelo contra el cristal y quedaban unos cortes muy puros y rectos. Cuando acabé volví a mirarme en el espejo y me puse a llorar. Empecé a coger los mechones de pelo que me había cortado intentando ponérmelos de nuevo. Pero no pude.

    Limpié el salón y lo recogí todo, pero me quede el trozo de cristal con el que me había cortado el pelo. Lo guardé en el mismo cajón donde estaban la película, la cerradura y la llave. Me quedé mirando la cerradura y la llave. La cerradura estaba abierta así que intenté cerrarla con la llave. No podía. Me temblaban las manos como aquel día y no conseguía encajar la llave. Fui a la puerta de mi casa y la cerré y la abrí sin ningún problema. Luego volví a la cerradura del cine, y no pude de nuevo, no podía cerrarla. Las volví a meter en el cajón y lo cerré con fuerza.

    Era casi hora de dormir y pasé de cenar. Salí a la calle y empecé a caminar. Las calles estaban vacías y podía caminar recto sin tener que esquivar nada. La luna me saludaba pero la luz de las farolas me impedía ver su amabilidad. Me encontraba en una estado de completa ignorancia. Me abracé fuerte a una farola y empecé a llorar de nuevo. "¿Por qué me hacéis esto? ¿Qué me pasa? Me he pasado la vida clausurada en un cine que creía que apenas me importaba. Recuerdo que cuando me anunciaron su cierre incluso esbocé una sonrisa. ¿Qué tengo ligado yo a aquel cine? Si estaba harta de aquel trabajo. ¿Lo amaba en el fondo? No echo de menos nada. ¡Maldita farola!". Y de abrazarla pasé a darle puñetazos a la farola. "No eres nada. No sirves de nada. Eres una maldita farola. ¡Los perros te mean encima!". Entonces me levanté la falda y meé en aquella como cualquier perro más. "¡Te lo mereces!". Enrabiada me marché a casa y me tumbé en la cama. Me tumbé en horizontal con las piernas colgando del borde de la cama. Me dormí mirando el techo y imaginándome la voz de alguna pitonisa en algún programa de tarot.

     Realmente aquella mañana me miré seriamente al espejo. Me curé los millares de diminutos arañazos que tenía por todo el cuerpo y me arreglé todos los mechones desiguales de mi pelo recogiéndolos con unos horquillas que tenían en el cabezal flores. Me puse un vestido blanco y un par de deportivas. Y me volví a mirar el espejo y entendí el mensaje. Necesitaba un trabajo.

  

12 comentarios:

  1. Cuanta rabia,dolor y pena ni ha en el text,pero expresa molt be el interior de la protagonista em quede en ganes de mes,un bes carmen.

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  2. irene me encanta com escrius, eres una artista y estic enganxa a la historia, espere que continues pujant capituls. muak!! andrea

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  3. No he podido dejar de leer. Me gustaria saber mas de la protagonista. La mariposa de algun modo le cambiara la vida? Espero con impaciencia la continuacion. La Pili

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    1. La verdad esque no lo sé, porque no tengo escrito el final. Ya veremos como acaba....

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  4. De vegades tenin la necesitat de destruir el nostre alrededor per a donarnos conter q sempre es pot tornar ha escomensar la nostra história ,darere de un mal dia sempre pot jabet um mrtavillos dia,no se si es la intencio de la protagonista de tota manera es lo w jo he sentit al llegir. Espere q contonues!!!! Conxa

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    1. Crec perque es tant semtiments guardats a dintre meua que al canviar la rutina, se li desfan y exploten, es troba perduda. Continuaré!

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  5. M'agrada molt la història, espere impacient el següent.-Colibrí-

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  6. Ahora si puedo......
    Porfa cuelga ya el 5,va necesito saber más pero,tambe terminara y.....ooooo.
    Hoy te he visto bien y me encanta que asi sea.T´estim.besos

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